Shakespeare siempre decía: ''Yo siempre me siento

feliz ¿sabes por qué? Porque no espero nada 

de nadie, esperar siempre duele, la vida es 

corta, por eso ama la vida. Sé feliz y sonríe 

siempre. Sólo vive para ti y recuerda: antes 

de hablar, escucha; antes de escribir, piensa; 

antes de herir, siente; antes de odiar, ama; 

antes de rendirte, inténtalo; antes de morir, 

vive.''










































































































Pasar, no pasa ni el tiempo. No pasa nada si pasa de todo. Y si pasa de todo, haremos como si nada... Por decir, te diré que tengo ganas de tus ganas, de decirte venga y que me digas vale. Que me hables en MAYÚSCULAS de excesos y cristales empañados. Y que por hacer, me hagas el amor cada noche al acostarte. Perder, perdí la cabeza y más tarde, te perdiste tú. Saber, sabía poco de ti por aquel entonces. Que eras más de rotos que de descosidos. Que eras más de impulsos que de casualidades, pero que sí existen. Que estás a un vestido y media cremallera de seducirme, y que te dejo que me cuentes mil historias si después me haces mil veces el amor. Tú di vale, que de los cristales empañados, ya me encargo yo.






Habia una vez una chica que le dijo a un chico:''¿Quieres casarte conmigo?'' y él contesto: ''No''. Y la chica vivió feliz, sin cocinar para nadie, sin limpiar ni lavar ropa para nadie. Saliendo con sus amigas, pasándoselo bien sin que nadie se lo restringiese.







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Querido estómago, perdón por todas las mariposas.
Querida almohada, perdón por todas las lágrimas.
Querido corazón, perdón por todo el daño.

Querido cerebro, tenías razón.





Está bien, lo admito. He llorado para dar pena alguna vez, y he fallado a quienes confiaban en mi. He sido la más falsa de todas y he intentado joder la vida a mucha gente, pero al final nunca he podido. He sido cruel con quien no lo merecía. Lo admito, he dicho enamorarme muchas veces, aunque ninguna fue cierta. He dicho mentiras y me he callado verdades por orgullo y por interés propio. He sido superficial, creída y estupida. No siempre me he comportado como debía. Lo admito, me han gustado miles de sonrisas, pero ninguna como la tuya.


















Detesto muchas cosas en la vida, una de ellas es oír un "no puedo". ¿No puedo? ¿Enserio eres capaz de decirme no puedo?. ¿Respiras? ¿Andas? ¿Ves? ¿Oyes? ¿Saboreas? Si a todas esas preguntas la respuesta es un Sí, no entiendo porque dices "no puedo". Si respiras estas viva; si andas, empieza la marcha para perseguir tus sueños; si ves, mira bien a tu alrededor para esquivar las piedras, si oyes, ponte unos cascos y la música a todo volumen para ni oír de lejos las críticas; si saboreas pégale un buen bocado a la vida y disfruta del placer de los grandes momentos y ríete si mientras vas andando recorriendo el camino te caes. Ahora dime, ¿todavía tienes la cara de decirme no puedo sin haberlo intentado? ¡Sal a comerte el mundo! y si necesitas un apoyo en el que descansar...aquí tienes mi hombro.









-Es que, hay un montón de cosas que nunca le he dicho...
+¿Ah si?, ¿cómo qué?
-Pues como... como que la quiero. ¿Sabes que nunca se lo he dicho? ¿Y tú?
+Yo tampoco.
-Y si pudieras verla otra vez, y escribirle una carta, ¿tu se lo dirías? Mi papá decía que si quieres a alguien tienes que decírselo. Que solo la gente que dice te quiero, sabe ser feliz.
+Tu papá era un tío listo, ¿sabes?
-Sí, el más listo del universo.







Quizá porque una mirada dice mucho, o porque puede no decir nada. Porque los silencios duelen más que las palabras o quizá porque son los momentos más bonitos. Porque hay días tan oscuros como la noche o noches que brillan más que un día. O quizá porque hay días para todo o días para olvidar, porque a veces todo es nada y otras veces nada es todo. Quizá porque no siempre correr más rápido significa llegar más lejos, o porque lo pequeño casi siempre es lo más importante, o porque lo grande, en ocasiones es lo más pequeño. Alomejor porque lo ligero a veces es lo que más pesa y lo más pesado es lo más ligero. Quizá porque aunque se pierda, la mayoría se gana, o porque hay victorias que son derrotas. O quizá porque lo más difícil es lo más fácil y nos empeñamos en hacerlo complicado.