Ulises no existe. Ni Damon, ni Edward, ni Step, ni Romeo. Si besas una rana o un sapo, no aparecerá un bellísimo príncipe y a ti no te despertarán de una maldición con un beso. No sé que manía tienen los escritores de libros o de los guiones de series y películas, que se empeñan con crear al chico perfecto, y después, las chicas, soñamos con encontrar uno así. Pero, con el tiempo, te das cuenta de que chicos así no existen. Podrán tener el encanto de Damon, la valentía de Ulises, el instinto protector de Edward, la rebeldía de Step, o el romanticismo de Romeo, pero...no será perfecto. Porque lo importante en una relación, es aceptar a la otra persona con sus defectos. Porque nadie es perfecto. Porque la perfección no existe. Porque las imperfecciones, son perfectas, a su manera.



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